Cuando se trata de fumar, casi todos podemos estar de acuerdo en una cosa: huele terrible. Incluso muchos fumadores apenas toleran el olor a cigarrillos, y todos odian el olor a humo rancio que persiste en las casas y los autos después de que las personas han fumado en esos lugares.
No es sorprendente que cuando las personas cambian del tabaco al vapeo, una de las primeras cosas que suelen hacer es buscar consejos sobre cómo eliminar el olor a humo de su entorno.
¿A qué huelen los vapes?
La mayor diferencia entre vapear y fumar es que los vaporizadores no produce humo, y por tanto no libera alquitrán. Esta diferencia clave también se ve reflejada en el olor.
Cuando fumas, el olor no viene propiamente del tabaco sino del humo, y este humo se adhiere a todo y crear un olor persistente que difícilmente desaparece.
Por otro lado, cuando vapeas el olor viene del vapor que se produce a su vez del sabor del líquido. Aquí no hay humo y por tanto, no se adhiere a las superficies (incluyendo la ropa).
Dicho esto, si por cualquier motivo te parece muy fuerte el olor del vapor, intenta buscar sabores más ligeros hasta que vayas encontrando el que más te acomode. También puedes intentar con dispositivos que no generen tanto vapor como el caso de los desechables que son pequeños y compactos.
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